Así como debemos cuidar y tener el cuenta la temperatura y el pH de nuestro acuario, para mantener a nuestros peces y animales acuáticos en perfectas condiciones, es importante que prestemos mucha atención a la dureza y a la densidad del agua.
Cuando hablamos de dureza del agua, nos referimos a la cantidad de minerales disueltos que esta contiene, especialmente calcio y magnesio. Es importante destacar que un agua blanda tendrá pocos minerales, mientras que un agua dura, tendrá muchísimos. Es importante tener en cuenta dos parámetros a la hora de controlar la dureza del agua, el GH y el KH. Primero que todo, el KH es la dureza temporal del agua, y es la que evitará fluctuaciones de pH, reaccionando con los ácidos y neutralizándolos. Por otro lado, el GH es la dureza general, es decir la suma de la dureza temporal y la dureza permanente, formada por sulfatos de calcio y magnesio.
Si quieres bajar la dureza del agua, lo primero que tendrás que hacer es eliminar los minerales disueltos, por lo que tendrás que utilizar un aparato de ósmosis inversa. Este tipo de aparatos, lo que hacen es atrapar estos minerales, produciendo un agua blanda ideal para aquellos acuarios que lo requieran. Si por el contrario lo que quieres hacer es aumentar la dureza, tendrás que añadir más minerales.
En cuanto a la densidad del agua, es importante diferenciar entre la salinidad y la dureza del agua, ya que no son lo mismo, aunque se encuentran estrechamente relacionadas. La densidad del agua sirve como medida básica para acuarios marinos y es mucho más fácil de controlar, ya que bastará con un densímetro. Es importante que recuerdes que en el agua dulce, la presencia de sal es ínfima o incluso inexistente, por lo que no deberás utilizar este tipo de medidores, sin embargo si tienes un acuario de agua salobre, si deberás tener en cuenta la densidad del agua de tu acuario.