Una de las características más especiales del pez lápiz rojo es su colorido. Así como las tres rayas horizontales oscuras sobre fondo dorado. Éstas aumentan de intensidad dependiendo el pez. Si es un macho adulto el color rojizo es aún más intenso. Al igual que las especies del mismo género carece de la aleta adiposa.
Se trata de peces muy dados a poder habitar en los acuarios domésticos junto con otras especies. Si bien hay que tener cuidado en la época de celo. Ya que los machos suelen volverse muy territoriales e intransigente con el resto de los machos. Se diferencian muy bien de las hembras. Los machos presentan entre las dos líneas superiores una coloración roja que comienza en el nacimiento del ojo y se extiende hasta la aleta caudal.
Un pez que vive en comuna
Se trata, el pez lápiz rojo, de un ejemplar de apenas 4 cm, por tanto, puede vivir perfectamente en un acuario no superior a los 60 litros. Son peces muy sociables entre ellos y tienen que convivir en comunas de, alrededor, de una docena de peces para que no se sientan deprimidos y puedan revolotear. Así es su hábitat natural y así se lo tenemos que proporcionar en el acuario.
Las aguas tienen que ser neutras ligeramente ácidas. Hasta los 6,5º Ph. Muy blandas a moderadamente duras. La temperatura del acuario tiene que rondar los 24 grados. La filtración ha de ser eficiente sin partículas en expansión y es recomendable la filtración con una carga de turba. También es recomendable realizar cambios periódicos de agua. Aproximadamente cada quince días.
El pez lápiz es una especie omnívora. Por tanto aceptará todo tipo de alimento sin ningún problema una vez adaptado al acuario. Mientras están durante la etapa de adaptación hay que darle alimentos vivos como la larva roja y blanca, cyclops o similares.
El acuario necesita de tener plantas para que los peces lápiz puedan esconderse a la vez que les sirve de refugio. Les gusta nadar tanto en la superficie como en el fondo.