Hoy queremos referirnos a la manera correcta en que se regulan los fluidos corporales en los peces. Para ello debemos comenzar definiendo el ósmosis y las membranas semipermeables. La osmolaridad es la consecuencia de la concentración de los solutos en una solución, o sea que la osmolaridad es consecuencia de la cantidad de sales que están disueltas en el agua.
La membrana semipermeable es la que permite el paso del agua (solvente) pero no de las sales disuelta en ella. El proceso de las ósmosis es cuando dos soluciones que tienen diferente concentración se encuentran separadas por una membrana semipermeable, la solución más débil fluye por la membrana diluyendo la solución concentrada hasta que las dos cuenten con una igual concentración.
La piel del pez es una membrana semipermeable que permite la transferencia del agua. Los peces de agua salada y los peces de agua dulce tienen niveles de agua iguales, lo mismo sucede con la sal de su cuerpo, pero tienen mecanismos muy diferentes que permiten mantener el equilibrio de los fluidos corporales y la salinidad del exterior.
La concentración de la sal en el interior de un pez de agua dulce es más fuerte que la del agua que lo rodea, por eso el agua es absorbida por el cuerpo mediante las branquias y la piel. Los peces que viven en agua dulce no tienen la necesidad de beber agua, la absorben por medio de su piel y sus riñones se encargan de mantener las sales que necesita.
En cambio, los peces de agua salada viven con un entorno más fuerte y concentrado que ellos, por eso se encargan de eliminar agua de su cuerpo por ósmosis. El agua sale del cuerpo para lograr equiparar las concentraciones con el agua de mar. Para que no se deshidraten deben beber agua del mar.