En plena cuenca amazónica, la minería ilegal de oro se ha convertido en una de las principales amenazas tanto para el medio ambiente como para la salud de cientos de miles de personas. La utilización de mercurio en los procesos de extracción ha generado una situación inédita de contaminación en ríos, peces y en las propias comunidades indígenas y ribereñas que dependen de estos recursos.
El mercurio utilizado por la minería no solo permanece en los cauces, sino que se acumula de forma progresiva en los peces, especialmente en los de mayor tamaño y los carnívoros. De este modo, el consumo de pescado, pieza fundamental de la dieta amazónica, se ha transformado en un riesgo sanitario de primer orden.
Alarma por niveles elevados de mercurio en peces y personas
Distintos estudios y reportes científicos han puesto cifras a esta crisis. En regiones como Madre de Dios y Loreto, las investigaciones de entidades como el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible y la Sociedad Zoológica de Frankfurt han identificado la presencia masiva de mercurio tanto en el aire, como en el agua, alimentos y en el propio organismo de los habitantes.
En Puerto Maldonado, por ejemplo, se comprobó que un 78% de los adultos presentaba niveles de mercurio en el cabello tres veces superiores a los límites establecidos por organismos internacionales. Las mujeres en edad fértil y los niños pequeños figuran entre los colectivos más afectados, lo que incrementa el riesgo de daños neurológicos en los fetos y en el desarrollo cognitivo de los más jóvenes.
El caso del río Nanay, en Loreto, que abastece a medio millón de personas en Iquitos, es igualmente preocupante. En comunidades cercanas, casi el 80% de los habitantes evaluados mostraron exposición media o alta a mercurio, resultado de su dependencia del pescado local. Los peces analizados en los ríos Nanay y Pintuyacu, utilizados como fuente esencial de proteína, también arrojaron resultados alarmantes: un 14% de ellos superaba los valores recomendados por la OMS para el consumo humano.
Bioacumulación y consecuencias sanitarias
El mercurio se introduce en la cadena alimentaria principalmente como metilmercurio, la forma más tóxica de este metal. Esta sustancia se bioacumula en los tejidos de los peces, especialmente en las especies carnívoras y de gran tamaño. Al ser consumidos por humanos, principalmente por comunidades indígenas y ribereñas, el mercurio pasa a su organismo, donde puede acumularse en órganos vitales como el cerebro, el hígado, el corazón o los riñones.
Los efectos para la salud no se limitan a daños puntuales. Según investigadores y reportes de la OMS, la exposición al mercurio, incluso en cantidades pequeñas pero prolongadas, afecta al sistema nervioso central, los riñones y puede alterar el desarrollo infantil. Se han reportado casos de cefaleas, temblores, pérdida de memoria, debilidad muscular o malformaciones en recién nacidos. Las consecuencias para la salud pública podrían extenderse durante décadas.
En zonas de actividad minera intensa, como Huepetuhe, La Pampa o Mazuko, se han detectado niveles elevados de mercurio tanto en personas como en la fauna, con síntomas asociados a intoxicación crónica y daños neurológicos severos.
Factores que agravan la exposición y respuestas sociales
La expansión de la minería ilegal, muchas veces respaldada por estructuras criminales y mafias transfronterizas, se ha visto facilitada por la débil presencia estatal en vastos territorios amazónicos. El avance de dragas y la quema de amalgamas de oro sin control han hecho que los niveles de mercurio en el aire alcancen valores hasta 5000 ng/m³ en áreas de actividad minera, muy por encima de lo aceptable.
La pobreza, el abandono y la ausencia de alternativas económicas han empujado a muchas familias a vincularse directa o indirectamente con la minería, a veces incluso admitiendo o tolerando la presencia de mineros en sus comunidades. Estas circunstancias fortalecen la dependencia del mercado ilegal del oro y dificultan las acciones de intervención o conservación.
Además, el impacto de la contaminación no se detiene en los ecosistemas acuáticos. Se han encontrado concentraciones de mercurio de tres a cinco veces superiores en aves y murciélagos de la zona, poniendo aún más en riesgo el equilibrio ecológico regional.
Recuperando especies clave: la mota punteada como símbolo de esperanza
El caso de la mota punteada (un pez esencial en la dieta de Madre de Dios) ilustra tanto la gravedad del problema como el potencial de la ciencia para aportar soluciones. Tras descubrir que esta especie presentaba niveles críticos de mercurio, las autoridades prohibieron su consumo y extracción. Durante años, las comunidades vieron desaparecer un alimento habitual de sus mesas, lo que supuso un duro golpe cultural y nutricional.
Sin embargo, tras varios años de investigación y experimentos en piscigranjas, científicos del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) lograron reproducir ejemplares de mota punteada completamente libres de mercurio. Utilizando técnicas hormonales y una dieta basada en alimentos balanceados, lograron no solo devolver la especie a la alimentación humana, sino hacerlo con garantías de seguridad.
Esta experiencia abre la posibilidad de recuperar otras especies afectadas por la contaminación y demuestra que la tecnología y una gestión adecuada pueden contribuir a revertir, al menos en parte, la degradación causada por la minería ilegal.
Recomendaciones y retos para el futuro
Para afrontar esta problemática, las investigaciones recientes recomiendan reforzar los controles y la vigilancia contra la minería ilegal, así como promover una dieta más segura para las poblaciones ribereñas, limitando el consumo de especies carnívoras y favoreciendo peces de menor tamaño o criados en condiciones controladas.
También se destaca la importancia de implementar sistemas de monitoreo ambiental y sanitario, realizar campañas de sensibilización y ofrecer servicios de salud especializados para quienes padecen intoxicación por mercurio. La cooperación internacional, las políticas públicas decididas y la búsqueda de alternativas económicas sostenibles son fundamentales para reducir la presión sobre los ríos y la biodiversidad amazónica.
La contaminación por mercurio originada por la minería ilegal representa una amenaza multidimensional: afecta a la alimentación, la salud, la cultura y el futuro de comunidades enteras. Aunque iniciativas como la recuperación de la mota punteada muestran que hay caminos para mejorar la situación, la urgencia por frenar el avance de la minería ilegal y restaurar los ecosistemas continúa siendo imprescindible.