La pelaya es de esa especie de peces que si bien es relativamente frecuente en nuestras costas, para verlos hay que estar entre rocas, arena o fangos. A la pelaya cuyo nombre científico es zeugopterus regius pertenece a la clase de los Actinopterígios, los conocidos peces con aletas radiadas.
Con una cabeza que presenta un marcado surco frente al ojo superior, destacan los ojos que si bien están muy juntos están separados por una cresta ósea y de un tono rojizo, el inferior se encuentra ligeramente delante del superior.
El pez pelaya al tratarse de una especie plana siempre están semienterrados o camuflados sobre el fondo a la espera de que se acerquen las presas para alimentarse, se entierran tanto que hay veces solo se ven los ojos, muy desarrollados.
Las escamas del lado ocular tienen apéndices cutáneos que pueden ser ramificados o no. La aleta dorsal se inicia por delante de los ojos, y el primer radio es más largo. La aleta caudal es redondeada. La coloración es marronosa, con manchas oscuras de distintos tamaño sobre el cuerpo y las aletas. Las aletas dorsal y anal tienen pintas oscuras, más o menos espaciadas. Suelen medir los 20 centímetros.
Como especie muy similar nos encontramos el zeugopterus punctatus, un pez frecuente en nuestras aguas. La familia Escoftálmidos pertenece al Orden Pleuronectiformes, que engloba a los peces planos por excelencia, como lenguados o rodaballos. Este grupo de peces cuando son alevines tienen forma normal como los demás peces y a medida que van creciendo uno de los ojos va migrando hacia el lado opuesto del cuerpo hasta que ambos ojos quedan en el mismo lado.