El pez guppy es uno de los peces más sencillos de cuidar y con unos cuidados muy básicos e incluso a la hora de reproducir la especie. El único cuidado que hay que tener en cuenta es que no se puede mezclar su convivencia con cualquier especie y, sobre todo proporcionarle un hábitat adecuado para que puedan vivir sin problemas. Entre ellos pueden vivir perfectamente porque son muy tranquilos y amistosos y no son para nada violentos. Aunque no se aconseja mezclarlos con los pez Betta ya que estos son muy territoriales.
Los guppys son peces de agua caliente por lo tanto en el acuario hay que instalar un calentador que le mantengan la temperatura adecuado para su correcto desarrollo que oscila entre los 22 y 28 grados. Así como un termómetro para controlar la temperatura, mayormente la ideal está en los 25 grados.
Como en la mayoría de los acuarios, independientemente el tipo de peces que se tenga, hay que incluir un filtro para mantener el agua limpia, aunque no hay que ponerlo muy fuerte, el filtro se encargará de depurar y mantener el acuario con el agua limpia. El pH del agua debe estar ligeramente alcalino, oscilando entre los 6,5 y 8.
Aunque se tenga un filtro de vez en cuando hay que limpiar, al menos, un 20% del agua del acuario porque siempre hay suciedad que se queda en el fondo, como pueden ser los restos de comida. Si removemos el fondo veremos cómo sale a la superficie y con una simple red podremos atrapar los residuos.
En cuanto a su alimentación al tener el metabolismo muy activo y rápido son de los que comen muy a menudo pero poca cantidad simplemente hay que acostumbrarlos a unas horas fijas para la comida.
Para reproducirlos simplemente se necesita tener un macho y una hembra guppy. Una vez que nazcan los alevines hay que tapar el filtro porque podrían ser succionados.