Los peces se diferencian al tener determinadas características propias del ambiente en el que viven. Por ello podemos encontrar peces de agua dulce, peces de agua salada, peces tropicales, peces de agua fría, entre los principales grupos. Su clasificación hace referencia a algunas características físicas.
Se pueden clasificar en tres grandes grupos dentro de los distintos tipos de peces son: los peces óseos, los peces ciclóstomos (peces sin mandíbula) y los peces condrictios, los cuales son aquellos tipos de peces cartilaginosos.
Dentro de los peces óseos existe una gran variedad, y su principal característica es que su esqueleto se encuentra osificado, como podemos apreciar en el hipocampo o en el pez alga. Tienen una boca posicionada en el extremo de su cabeza y en cuanto a las aletas debemos decir que las mismas varían mucho aunque en su mayoría se encuentran completamente atrofiadas. Son carnívoros y se alimentan de moluscos y crustáceos.
Los peces ciclóstomos son ejemplares sin mandíbula dentro de los vertebrados cuyos principales grupos son las lampreas, más conocida como la lamprea marina, que se inserta en el cuerpo de otros peces para raspar su carne y chupar su sangre y los mixinos éstos producen grandes cantidades de espesa mucosidad, capaz de atarse en nudos a los cuerpos de peces de gran tamaño. Se caracterizan por una boca dentada, en forma de embudo y dientes.
Los peces cartilaginosos poseen la característica de tener un esqueleto de cartílago y generalmente la mayoría de las especies poseen escamas muy afiladas que pueden dar la impresión de que son dientes. Dentro de este grupo encontramos los tiburones y la raya, ya que hablamos de una de las especies más depredadoras marinas que existen.
Todos los peces cartilaginosos son carnívoros y la mayoría de las especies se alimentan de presas vivas, aunque algunas especies se alimentan de los restos de animales muertos.