El betta es un pez muy propenso a sufrir enfermedades o patologías que pueden poner en riesgo la salud del pez, algunas simplemente son patologías fáciles de curar como los parásitos y otras necesitan de cuidados más extensos. Aunque lo importante es detectar a tiempo el tipo de hongo.
¿Cómo curamos el pez betta? Primero tenemos que observar al pez para poder identificar los síntomas de la patología y así poder aplicar el tratamiento adecuado. El pez betta es una especie muy activa, por tanto si notamos que ha frenado su actividad es motivo suficiente para pensar que algo no está bien.
Hongos
El pez betta es muy propenso a sufrir de hongos. Mayormente esta patología surge porque las condiciones del agua no son óptimas o porque el pez ha sufrido antes otra enfermedad, mayormente una herida, que ha dejado dañada la mucosidad protectora del pez. Si observamos que el pez está cubierto por una especie de vello blanco y está muy poco activo podemos decir que la sufre.
Para tratar los hongos tenemos que comprar en una tienda especializada un fungicida para aplicarlo en el acuario y así matar el hongo que habita en el tanque. Para ello, primeramente hay que limpiar el acuario y hacer un cambio total de agua.
Infección bacteriana
Este tipo de parásito es muy fácil de detectar en el pez simplemente con observar que su bella cola está dañada o han perdido su color podemos pensar que sufre de infección bacteriana o más conocida como el parásito de podredumbre que está comiendo las aletas y cola del pez.
La podredumbre puede derivarse porque el pez ha sufrido alguna pelea con otro pez y la herida no la ha curado, aunque lo más habitual es que el agua del tanque esté en malas condiciones. Los peces betta son muy delicados y su hábitat tiene que estar en óptimas condiciones siempre.
Esta infección si no se trata a tiempo puede ir avanzando por toda la estructura del pez hasta terminar comiéndose al betta. Para que esto no suceda hay que aplicar un tratamiento químico en el acuario para eliminar el parásito.