Frecuentemente notamos que en los acuarios hay caracoles, hoy te contaremos qué papel cumplen.
El problema de los caracoles es cuando se convierten en una invasión que se comen las plantas generando un desequilibrio en relación al nivel de nitrógeno, tan necesario para mantener el agua y brindarle oxígeno a los peces. Las plantas deben ser protegidas porque también ofrecen una correcta iluminación. Afortunadamente el problema con los caracoles es fácil de solucionar.
Antes de eliminarlas debemos tener presente que muchos caracoles no son perjudiciales para el acuario, es más, son hasta beneficiosos a la hora de mantenerlos en un buen estado. Por eso, antes que nada, debemos diferenciar los caracoles malos de los buenos.
Una de las pautas que nos ayudarán es observar el deterioro paulatino del acuario, si consideramos que el número de moluscos es abundante debemos eliminarlos ya que estaríamos ante la presencia de una plaga.
Un punto clave es ver si los caracoles están acabando con las plantas o le están generando daños en sus hojas. Debemos estar aletas porque en un periodo muy corto de tiempo pueden llegar a comerse toda una hoja para alimentarse.
Otra característica que podemos observar es su concha, existen dos tipos de caracoles que son poco recomendables y que deben ser eliminados. Uno de ellos es un caracol negro con concha ovalada, cuyo nombre científico es Lymnea stagnalis, fácilmente reconocidos por los aficionados, sin lugar a dudas es uno de los caracoles más peligrosos ya que se pasan todo el día comiendo plantas. La medida promedio es de 9 milímetros.
El otro que debemos controlar es el que tiene una concha con forma de espiral, puede llegar a confundirse con caracolas, se lo conoce como caracol malasio o caracol trompeta. Cuando no son muchos son beneficiosos ya que eliminan las algas y el resto de alimentos, el problema está cuando se presentan en forma masiva. Pueden medir hasta 2 centímetros de largo.
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