Los invertebrados que puede incluirse dentro de un acuario donde pueden convivir con los peces, son los caracoles, los camerones y los crustáceos, entre otros, eso sí, peces que sean compatibles y no sean una fuente de alimento para ellos sobre todo aquellos peces grandes con una dieta omnívora o carnívora.
La mayoría de los invertebrados de acuario necesitan de cierta cantidad de sales disueltas que les ayuden en la creación y sostenimiento de sus caparazones para que no se les agriete y termine produciéndoles la muerte, de ahí necesiten aguas alcalinas de dureza media ya que son las idóneas para garantizar un correcto mantenimiento.
Aunque muchos son de origen tropical, las temperaturas demasiado altas aceleran el ritmo de su metabolismo y por tanto reduce su longevidad. Temperaturas entre 23 y 27º C serían ideales para casi todos ellos. Con temperaturas nunca inferiores a los 18º C mantienen sus constantes vitales pero por debajo de esa temperatura entrarán en una fase de letargo.
La mayoría de especies son sensibles a la presencia se compuestos nitrogenados incluido concentraciones bajas de nitrito. También son por lo general sensibles a los medicamentos y en especial a aquellos que entre sus componentes incluyan el cobre, por tanto hay que tener cuidado si tenemos que tratar el agua.
Se trata de especies tímidas y gregarias de conductas crepusculares. Su máxima actividad se realiza al caer la luz del día. Durante el resto del tiempo se mantienen ocultos en sus refugios o tras la protección de las hojas de las plantas. Instalar una luz de luna para los periodos de oscuridad nos ayudará a apreciar las particularidades de su deambular por el acuario.
Los caracoles, alguna variante, se reproducen de forma exagerada llegando a convertirse en una auténtica plaga si no son correctamente controlados. Eso hay que tenerlo muy en cuenta para extremar las precauciones porque ese peligro no afecta únicamente al acuario, sino a todo el ecosistema marino suponiendo un gran problema.