Viajamos hasta la prehistoria para recordar a un tiburón que vivió hace 19 millones de años. Su nombre es el tiburón megalodon. Este nombre proviene del idioma griego y significa » diente grande». Vivió durante la época del Cenozoico y el Plioceno y fue una de las criaturas más impresionantes de todo nuestro planeta. Actualmente está extinto, por lo que no existen más ejemplares.
Vamos a contarte todas las características, curiosidades y secretos del tiburón megalodon.
Características principales
Se trata de una especie de tiburón que, en referente a la taxonomía, se encuentra en la familia Lamnidae. Sobre este tema hay bastante controversia en el mundo de la ciencia ya que, estamos hablando de una especie que el ser humano no ha llegado a ver con sus propios ojos. Por ello, existen científicos que colocan a esta especie en la familia Otodontidae.
Todas las características de este animal se deben de reconocer a partir de su forma fósil. Se trata de un tiburón que basaba su cuerpo principalmente en cartílagos. No se conoce con exactitud cuál es su tamaño real. Tan sólo se conocen algunas estimaciones que señalan que pudieron medir entre 14 y 20 metros de largo. Para poder estimar esta longitud, se toma como referencia la longitud de sus dientes en comparación a la que podría definirse como la versión del megalodon actual. Estamos hablando del tiburón blanco.
En cuanto a su peso, los científicos han podido llegar a una conclusión en la que el tiburón megalodon pudo haber llegado a pesar cerca de 50 toneladas. Esto nos ha hacer replantearnos las dimensiones que podría haber tenido este tiburón. Un animal con cerca 50 toneladas puede ser muy peligroso para el ser humano y más teniendo en cuenta que es carnívoro.
Descripción
Los antiguos océanos de nuestro planeta tenían como depredador más tenido el megalodon. Es como si comparamos al tiburón blanco de la actualidad pero con un tamaño muy exagerado. Es como si pudiera pertenecer a una clase llamada » super depredadores» donde incluimos a otras especies como el Mosasaurus y el Pliosaurus. Estos animales no tenían depredadores naturales y estaban en la parte más alta de toda la cadena alimenticia.
Con respecto a su cabeza, se puede decir que sus ojos negros eran bastante penetrantes y era lo que menos resaltada de toda su cabeza, ya que su boca era lo más impresionante. Esta boca tenía una longitud de 2 metros y estaba compuesta de al menos 280 dientes de un tamaño enorme. Los dientes eran de forma triangular, robustos y con forma de sierra. Cada vientre superaba los 13 centímetros de longitud. Su fuerza aplastante era lo que más destacada de este tiburón. Y es que su mordida era tan fuerte que podía aplastar 18 toneladas, una fuerza más que suficiente para destrozar le los huesos a cualquier presa.
En cuanto a sus aletas, tenía un aleta dorsal que se podía ver desde lejos con una morfología parecida a la de la vela de un barco. Todas sus extremidades eran bastante largas, pero ello no hacía que fuera un tiburón lento. Las aletas pectorales eran las que más velocidad le proporcionaba ya que podían impulsarse junto con la cola. Es posible que pudieran haber sido aletas más gruesas y grandes que las del tiburón blanco.
Su cola era exactamente igual que la del tiburón blanco. Absorbía el oxígeno mediante las branquias que tenía a los costados de su cuerpo. Para evitar ahogarse, mantenía en movimiento todo su cuerpo de forma constante. Suelos branquias no tenían un sistema de absorción como tienen nuestros pulmones. Por ello, debía mantenerse en constante movimiento.
Área de distribución y alimentación del tiburón megalodon
No se conoce a ciencia cierta todo sobre este tiburón, pero se han realizado diversos estudios sobre ello. Estos estudios han revelado que este depredador tuvo presencia en todos los océanos de nuestro planeta durante el Neógeno. También se han podido encontrar algunos restos de esta especie en territorios tan distintos uno del otro como pueden ser las Islas Canarias, el continente asiático, Australia y América. Esto nos hace llegar a la conclusión de que ha permanecido distribuido por todos los océanos del planeta.
Con respecto alimentación, se trata de uno de los mayores carnívoros de toda la historia. Era capaz de devorar casi cualquier tipo de animal, desde tortugas hasta otros tipos de tiburones e, incluso, ballenas. Con sus dientes y su gran capacidad mordedura podía destrozarle los huesos para cualquier tipo de presa. También hay que tener en cuenta que es un gran tamaño y fuerza les hacía tener una gran intimidación a otros animales más pequeños.
Con sus cerca de 280 dientes era capaz de aplastar cualquier cosa que pesara hasta 20 toneladas. Era prácticamente imposible que cualquiera de sus presas pudiera escapar de sus dientes. Otra de las características que destaca a la hora de alimentarse era su gran destreza a la hora de moverse por aguas y por todo tipo de morfología marina. Con la inmensidad que tenían sus aletas y la destreza a la hora de desplazarse, no había apenas presa que se le pudiera escapar.
Con respecto a su esperanza de vida, se estima que el tiburón megalodon tenía una esperanza de vida entre los 50 y 100 años.
Estrategia de caza
Ya que estamos hablando de un superdepredador, este tiburón en su etapa adulto o podía comer todo tipo de animales grandes. Tenía un apetito o voraz que le obligaba a estar la mayor parte de su vida buscando alimento. Se estima que podía llegar a consumir unas 2500 libras de pescado al día.
Para llevar a cabo esta carta intensa tenía diversas estrategias. Uno era su camuflaje. El color de su piel le hacía que fuera una excelente sorpresa. Su piel era de color blanca o la parte de abajo y gris oscuro por la parte de arriba. Quien lo veía desde abajo hacia arriba no podía diferenciar si el agua clara huida del tiburón. Por el contrario, quien lo veía desde arriba hacia abajo no podía notar que estuviera ahí por la oscuridad de la profundidad. Este es el camuflaje que poseían megalodon y que le servía para capturar a sus presas.
Su estrategia se basaba en atacar al objetivo por la parte de abajo tomando un gran impulso gracias a la velocidad que le otorgaba su cola. Abría rápido la boca y dañaba las partes vitales para que la presa no pudiera moverse. Arrancaba estas partes vitales con grandes mordiscos dejando una enorme herida abierta e imposible de sanar. Esperaba a que el animal muriera desangrado y procedía a comer.
Espero que esta información que ayude a conocer más sobre el megalodon.